At trahere, atque moras tantis licet addere rebus.
Virgilio
No es el prometer mucho lo que puede llamar la atención hacia ninguna obra, ni mucho menos hacia un periódico español en Londres. Sería una vanidad ridícula que un extranjero quisiese competir en ilustración o en noticias con los papeles nacionales que casi inundan a esta capital inmensa; o que exagerando su patriotismo pretendiese aparecer como un nuevo y temible atleta en las contiendas políticas de Europa. Es verdad que el autor se gloría de tener algún derecho al titulo de amante de la causa española; pero confiesa que ni cuando escribió en España la parte política del SEMANARIO PATRIÓTICO, ni ahora que piensa seguir una carrera semejante bajo el amparo de una nación con quien tiene las más estrechas relaciones de origen, nunca ha intentado otra cosa que oponer a la injusticia de Bonaparte el pequeño obstáculo que sus fuerzas le permiten, difundiendo en la opinión pública las máximas que hacen aborrecible todo género de tiranía. No es menester valerse de preocupaciones, ni es necesario arraigar errores para hacer odioso el sistema del emperador de los Franceses, ni para hacerle la guerra de opinión que puede contener los progresos de Sus armas. Los principios más puros de la sana filosofía, los mismos que con tanto boato hicieron resonar los Franceses al empezar su revolución desgraciada, prestan los argumentos que condenan a Bonaparte.
Estos son los que pretende el editor continuar exponiendo a la consideración de sus compatriotas, desde la capital de la nación inglesa, su aliada. La timidez, por no decir la malicia, de un gobierno ignorante y suspicaz, le obligó a escribir con ataduras en España, y al fin a cesar de todo punto; ahora que se halla en medio de la única nación libre de Europa, espera que manifestando abiertamente cuáles son sus deseos respecto de su patria podrá, sino instruir, al menos excitar a sus paisanos al estudio y conocimiento de los principios en que está cifrada la esperanza de una libertad futura. No porque la situación de España sea muy triste al presente se han de cerrar los ojos a la esperanza. La España renacerá más gloriosa si no se deja apagar el fuego de patriotismo, que aunque sin dirección y esparcido, penetra todas sus venas. Luces necesita la España; que valor nace con sus naturales, y deseo de venganza lo suministrarán sin intermisión los Franceses.
Pero hay otra España libre que debe llamar la atención de todos los enemigos de la tiranía Francesa. Los Españoles de América necesitan nuestros consejos, hijos de una amarga experiencia. Es justo que les pintemos lo que sufrimos, es justo que conozcan a los malvados astutos, que después de haberse cebado en la sangre de sus hermanos de España, están queriendo engañar a los del Nuevo Mundo para disfrutar exclusivamente sus riquezas. Los mares no los ponen a cubierto de la intriga Francesa, y aun cuando no puedan intentar allí una conquista, intentarán que prenda el fuego de la discordia en las vastas regiones adonde no alcanzan sus armas.
Estos son los objetivos del periódico que se ofrece al público. El editor espera que la nación Inglesa mirará con ojos benévolos un papel que intenta cooperar
con sus miras generosas y que por el hecho de publicarse en una lengua extranjera es un nuevo testimonio de que la Inglaterra es el único y seguro asilo que nos ha quedado a los desgraciados habitantes del continente.
Este periódico se publicará una vez al mes, y estará dedicado a tres objetos, que lo dividirán en otras tantas secciones. La una política, en que se trate todo lo que tenga relación con los asuntos del día, y especialmente con la causa de España; otra en que se extractarán los papeles públicos nacionales y extranjeros; y otra literaria en que se dé a conocer la literatura Española; sin excluir la Inglesa según alcancen nuestros conocimientos. Pero como las dos secciones primeras son las más importantes, excluirán a la tercera en algunos números. En una palabra el plan de este papel no desecha nada de cuanto pueda hacerlo vario e interesante.
El Editor espera que los Ingleses más particularmente adictos a la causa de la libertad Española le favorecerán con sus noticias y producciones, las que se publicarán traducidas al Español, si no exceden los limites del periódico: en este caso se darán en extracto. Este favor lo espera con mucha más razón de los Españoles que se hallan en Inglaterra.
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